Y tú, ¿eres más de imágenes, sonidos o sensaciones?

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María Astorga

 

Cuando recuerdas algo, ¿qué te viene a la memoria?, ¿una imagen, un sonido o una emoción? o lo que es lo mismo, ¿eres visual, auditivo o kinestésico?

Nuestros sentidos determinan nuestra forma de percibir la realidad. Cada persona tiene más desarrollado uno u otro y esto influye en nuestra forma de comunicarnos con los demás.

Las personas más visuales tienden a hablar alto y rápido, son más enérgicas, utilizan ejemplos visuales cuando hablan y se ayudan de imágenes para recordar cosas, mientras que las personas auditivas asocian un sonido o melodía a sus recuerdos, son más relajadas y les gusta conversar. En cambio, las personas kinestésicas recuerdan sensaciones, hablan más despacio y pausado y son más cercanas.

Y esto también influye en cómo nos comunicamos con nuestros clientes, pues ellos también tienen una predisposición natural a comunicarse de una determinada manera con el mundo. De ahí, la importancia de la observación. Estar atentos a las señales es clave para saber interpretar como se comunican los demás.

Por eso, si queremos estar en la misma onda que nuestros clientes, debemos prestar especial atención a este tipo de detalles, a priori insignificantes, pero muy útiles a la hora de establecer una comunicación fluida con ellos.

Además, la expresión corporal, la orientación de la mirada, las expresiones faciales o los gestos, son formas de lenguaje no verbal que nos aportan una valiosísima información acerca de nuestro interlocutor. Así como el tono de la voz, el volumen o los silencios.

Todo ello nos aporta información y nos ofrece la posibilidad de modular nuestro mensaje, así como la forma de trasmitirlo, para que éste llegue de una manera más natural al receptor.

Por ejemplo, en la presentación de un nuevo proyecto una persona visual se fijará más en las imágenes, mientras que una auditiva lo hará en las palabras y una kinestésica en las anécdotas. Así que, ya sabes, si tienes una reunión importante, una presentación o una comida con clientes, párate un segundo a pensar si estás ante una persona más visual, auditiva o kinestésica y adapta la forma de comunicarte a sus necesidades.

 

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María Astorga