Creatividad e Inspiración | Reflexiones arquetípicas
Un contador de pamplinas
Ya decía Winston Churchill que “una broma es una cosa muy seria”, por lo que no vamos a venir aquí ahora a descubrir el valor del humor y la risa en nuestra vida diaria (y más en los tiempos que corren), pero sí quería hablar un poco en este post del papel que juega el humor en diferentes ámbitos de la comunicación.
Seguro que, al pensar en ello, a todos se nos ocurren grandes referentes en este campo. Históricamente, el humor ha estado presente en el mundo de la prensa y ha servido de vehículo para retratar lo que nos rodea: desde las tiras de Quino, a las viñetas de Mingote o Forges, las portadas de El Jueves o, más recientemente, propuestas digitales como las de El Mundo Today, por mencionar solo algunos ejemplos.
Además del periodismo y la crónica social o política, hace tiempo que el humor dio también el salto al mundo de la publicidad y el marketing. De hecho, hay estudios que dicen que más del 90% de los consumidores prefieren ver anuncios divertidos y que éstos se recuerdan hasta un 58% más que los que contienen mensajes más serios o convencionales. Evidentemente, la línea que separa la “gracia inteligente” de la posible falta de respeto es en ocasiones muy fina, de ahí que generalmente los coqueteos de la publicidad con el humor hayan sido muy cuidadosos. Eso no quita para que todos recordemos grandes campañas, como la del Citroen C3 special edition y su divertido spot “Bip Bip”, o la de Liberty Seguros y su anuncio de la “Nasa”.
Pero luego, paralelamente a todo esto, hay otras historias curiosas, que involucran periodismo y humor, y que me han llamado la atención. Una de ellas, precisamente la que me dio la idea de escribir este post, es la de Luis Lara Ramos. Se trata de un andaluz (nacido en Jerez de la Frontera en 1976) que siempre soñó con ser periodista. Su ídolo era Gaspar Rosety e incluso llegó a narrar algunos partidos de la Segunda División. Trabajó en el programa de radio El Pelotazo de Canal Sur y ahí su vida empezó a dar un giro tras crear un personaje de ficción que le llevó a la fama: el Comandante Lara. Hoy, es uno de los humoristas mas cotizados de nuestro país y, como tal, llena teatros con sus giras por toda España, ha aparecido en programas de Jesús Quintero, colaborado con El Larguero de la Cadena Ser o participado en Anda Ya de los 40. Cuando le piden que defina su trabajo, el Comandante Lara dice que él solo es un “contador de pamplinas”, preciosa definición (a mi juicio) del arte de contar historias que hacen reír a la gente.