Llega San Valentín y como cada año las marcas aprovechan el tirón de cupido para llegar al gran público. Anuncios, campañas en redes, cartelería, todo se tiñe de rosa. Pero hay marcas que más allá de la parte comercial aprovechan este día para reivindicar sus valores.
Es el caso de Pull&Bear, que este año ha reinventado su logo por San Valentín haciendo un guiño a todos los tipos de amor.
Una campaña original y diversa que me ha recordado a otra que hizo el Corte Inglés hace unos años, pero que lamentablemente no tuvo un final feliz.
En 2016, la compañía lanzó un anuncio con motivo de la vuelta al cole en el que aparecían dos hombres forrando unos libros de texto. El spot formaba parte de una serie de ocho cortos distribuidos a través de redes sociales que mostraban el inicio de curso de varias familias, incluida una pareja gay.
Con esta campaña la compañía quería reflejar situaciones cotidianas a la vez que se acercaba a un público más joven a través de las redes. Pero cuál fue su sorpresa cuando la plataforma HazteOir.org les acusó, nada más y nada menos, de querer romper la familia natural. La plataforma recogió firmas (12.700 para ser exactos) en contra de la campaña e instó a los clientes a no comprar en el centro comercial.
Por otro lado, una campaña paralela lanzada en Change.org consiguió reunir más de 69.400 firmas para evitar la retirada del spot y en apoyo de todos los tipos de familia.
Y he aquí el dilema para el Corte Inglés, ¿qué hacer?, ¿retirar el anuncio y contentar al sector más ultra-tradicional de la sociedad española, pero a la vez target de la marca? o ¿apostar por ser valientes y sacrificar parte de sus ganancias?
Albert Einstein decía que hay una gran oportunidad en cada crisis y en comunicación es algo que repetimos mucho a nuestros clientes, saber aprovechar los momentos difíciles para salir reforzados es fundamental en nuestro sector.
Lamentablemente, el Corte Inglés no supo ver en esta crisis una oportunidad y retiró el anuncio alegando que los derechos musicales del spot habían caducado. La compañía negó haber sucumbido a ningún tipo de presión, pero lo cierto es que perdió la oportunidad de reinventarse siendo valiente.
Por suerte, seis años después vemos como las marcas apuestan por la diversidad sin complejos.