Reflexiones arquetípicas
¿Tanto hemos cambiado? Periodistas y PR tras un año de pandemia
“Me va a ser imposible asistir”. Esta es la última frase que queremos escuchar cuando contactamos con nuestros colegas periodistas para invitarles a un evento. La coincidencia con otro sarao, la distancia, el parking, el tráfico o “estar de cierre” solían ser los principales motivos esgrimidos para justificar su ausencia.
Y, de repente, la agenda de los ajetreados plumillas salió del colapso y comenzó a verse despejada de desplazamientos. La segunda semana de marzo de 2020, los profesionales de contar lo que pasa dejaron de asistir a ruedas de prensa presenciales para conocer las novedades del CEO de turno, tomar un café y publicar la crónica in situ. Estos hombres y mujeres orquesta que tuitean mientras chequean el correo, graban la rueda de prensa y toman las fotos de rigor vieron como su pasaporte se quedaba más congelado que la M-30 con Filomena. Nada de vuelos, nada de conocer nuevas ciudades, nada de colgarse el badge del MWC 2020. Todo cambió y muchos nos dicen que para bien.
Es indiscutible que el ahorro de tiempo y la conciliación entre vida personal y laboral se han visto reforzados con el boom de la vida virtual. Si algún día recuperamos la vieja normalidad, ¿seguiremos convocando ruedas de prensa por Zoom? ¿Y las entregas de premios serán virtuales, una vez los organizadores echen cuentas de lo que se ahorran en hotel y catering?
Sinceramente, espero que no. Lo ideal sería un equilibrio entre ambas modalidades, un modelo híbrido, pues en la esencia de las relaciones humanas reside el cara a cara, la necesidad de sentirnos cerca para comunicar algo que de verdad importa, que merece ser contado más allá de la fría pantalla.
La prensa, siempre inmersa en su crisis particular y en la lucha por no depender exclusivamente de la publicidad, ha sobrevivido bien a estos duros tiempos de cambio. Los medios que ya no dependen del papel han afianzado audiencias logrando cifras récord de páginas vistas online. En este terreno abonado crecerán aún más los que sepan explotar mejor el vídeo, los podcasts y logren al mismo tiempo fidelizar seguidores con sus redes sociales.
Actualmente, los consumidores demandamos más confianza que nunca. Según un reciente estudio de Salesforce, el 93% de los clientes afirma que el modo en que una organización actúa durante una crisis demuestra si se puede confiar en ella. Para el 80%, la experiencia es tan importante como el producto en sí. Mi pregunta es si ocurre lo mismo con los medios: ¿Nos importa más que refuercen lo que pensamos con una noticia (producto) o valoramos la confianza en el medio (credibilidad)? ¿Cuál será la experiencia de comunicación que ofreceremos a los periodistas? ¿Qué experiencia trasladarán los medios a su audiencia para destacar por encima de sus competidores?
Todos tenemos grandes incógnitas y teorías sobre nuestra profesión en el futuro pero, una cosa está clara: se llevará el gato al agua quien dé en el clavo con la mejor experiencia a la hora de comunicar. Tanto medios como agencias de PR tenemos ante nuestras narices una gran oportunidad para aportar credibilidad y mejorar nuestra imagen de marca. Importa QUÉ se cuenta y, ahora más que nunca, CÓMO se cuenta.