Durante el próximo 31 de octubre hasta el 12 de noviembre se celebrá en el Scottish Event Campus (SEC) de Glasgow la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).
Este evento, organizado por Reino Unido en colaboración con Italia, se tuvo que retrasar a causa de la pandemia y que pondrá de manifiesto el reto al que se enfrentan marcas, empresas de todo ámbito y la sociedad en general para salvar nuestro planeta.
En los últimos meses se ha abierto la puerta hacia una mayor concienciación sobre hábitos de consumo sostenibles para el medio ambiente. Principales marcas tienen presente que no hay marcha atrás: la sostenibilidad debe ponerse en el foco de sus negocios, y por ende, en sus estrategias de marketing. Y en la sociedad, ¿hay alguna forma de que cale hondo este mensaje? ¡Qué mejor forma que con el entretenimiento! Por ello desde Archetype recomendamos 5 obras cinematográficas de distintos formatos (largometraje, corto y serie de documentales) que gracias a su mensaje ecologista, consiguen tanto hacer especial énfasis en la importancia de conservar nuestro mundo como en cautivar al espectador por medio de su indudable calidad.
La princesa Mononoke (1997)
Antes que Hayao Miyazaki tocase el cielo de Hollywood con su película “El viaje de Chihiro”, el cineasta y fundador de Studio Ghibli deleitó tanto a fans del Anime como a los nuevos espectadores con una obra que le da otro giro de tuerca a típica historia sobre la devastación que genera la civilización invasora a la naturaleza con la introducción de un personaje femenino, fuerte e independiente, y de “un caballero” inseguro y a priori débil.
Aunque su nombre indique lo contrario, “La princesa Mononoke” no es el típico cuento de héroes salvando a princesas, sino una epopeya de poderío visual impactante y un manifiesto contra la destrucción de la naturaleza. Una obra imprescindible dentro de la filmografía del director japonés que logró situarle en el mapa de la industria occidental, hecho que le allanó el terreno para recibir el Oscar a Mejor Película de Animación años más tarde.
Juan y la Nube (2014)
Zampanó Producciones elaboró un precioso relato sobre la amistad y los sueños por cumplir con el uso de técnicas de “Stop Motion”, 2D y fondos reales que, gracias a la campaña de crowdfunding, el sueño del director Giovanni Maccelli y la productora Carlota Coronado se pudo hacer realidad. Un esfuerzo que tuvo como recompensa el Goya al Mejor Cortometraje de Animación de 2015.
Wall-E (2008)
De sobra es conocida Pixar tanto por los más pequeños como por los más grandes del hogar. Sin embargo, Wall-E, que ciertamente ha pasado al olvido dentro de la filmografía del estudio, es una de las grandes obras de Disney y una película a reivindicar. Con un primer tercio asombroso de “cine mudo” rayando la excelencia, este simpático robot y su compañera EVA, que no parará hasta lograr su objetivo, pone el dedo en la llaga sobre los peligros que trae el mal uso de las tecnologías y el devenir de nuestro mundo si no se pone remedio para evitarlo. Todo ello sin necesidad de caer en un discurso fatalista, y sin estridencias. Porque como dirían en “El Gran Lebowski”: “su belleza radica en su sencillez”.
https://www.youtube.com/watch?v=l3W-QJQjsu4
El oso (1988)
Inclasificable y de una labor de rodaje titánica, “El Oso” es toda una oda a la fauna que habita la naturaleza. El director Jean-Jacques Annaud tuvo la osadía de llevar a la gran pantalla la novela “The Grizzly King” de James Oliver Curwood con dos osos reales como protagonistas, sin apenas diálogos, y con la aparición puramente testimonial de actores en todo el metraje. Una película que no pierde el ritmo en ni un instante y que llama la atención tanto por su fotografía como por la forma en la que se plasma su narración. Hay actrices y actores consagrados que actúan peor que los dos oseznos protagonistas.
Planeta Azul y Planeta Tierra (2001/2006)
Porque no se pueden concebir la mención de uno sin el otro, hablar de “Planeta Azul” y “Planeta Tierra” es mencionar a dos de las series de documentales más famosas, con el sello del maestro divulgador David Attenborough. De imágenes icónicas (¿quién no se puede enamorar de los osos perezosos en cada una de sus apariciones?), este documental logra, sin tener que caer en el discurso fácil demostrar el lado negativo de la mano del ser humano en su entorno, de cómo somos capaces de plasmar el lado más bello de nuestro mundo y de nosotros mismos. Un ejercicio de estilo que cualquiera que vea tanto solo un capítulo de los que contiene ambas series recuerda lo maravilloso que es nuestro planeta y cómo debemos luchar para mantenerlo. ¡Hagámoslo entonces!
https://www.youtube.com/watch?v=7n_1JZgDPf4