Se suele decir que para sacar el máximo partido del presente, es bueno saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. En nuestro sector hablamos mucho de hacia dónde vamos, del futuro del marketing, de la IA, de las tecnologías emergentes y de todo lo que está por venir. Pues bien, como contrapunto me ha parecido interesante echar la vista atrás y hacer un viaje al pasado. Un viaje de miles de años, los mismos que tiene la propia publicidad. Un viaje inspirador que nos muestra cómo la comunicación y el marketing han sido una constante en la historia de la humanidad, desde sus orígenes.
Aunque nos pueda parecer increíble, el que está considerado como el primer texto publicitario de la historia tiene nada menos que 5.000 años. Se trata de un papiro que se encontró en Tebas (Egipto) en el que un comerciante de telas “anunciaba” una recompensa por encontrar a uno de sus esclavos. Más o menos como el “Se busca vivo o muerto” de los vaqueros en el Oeste americano, pero trasladado a la época de las pirámides.
Antes de los textos en papiro, los anuncios se hacían de viva voz o a través de pinturas en las paredes. Por supuesto la palabra “publicidad” no existía por aquel entonces, pero el concepto de “informar y comunicar” cosas ya estaba latente en las sociedades antiguas, puesto que era la forma de dar a conocer productos y servicios varios para que la gente los utilizara o comprara.
En la antigua Babilonia (hace 4.000 años) también se encontraron referencias comerciales con tablillas publicitarias hechas por zapateros, vendedores de ungüentos o escribanos para atraer a las personas a sus negocios. Pero la publicidad propiamente dicha fue tomando forma sobre todo en las civilizaciones de Grecia y Roma. En Roma utilizaban muros blanqueados con cal, para informar a los ciudadanos sobre temas de interés público como juegos, espectáculos o política, y en Grecia usaban como soporte postes de madera o piedra.
Con el paso del tiempo cada cultura fue innovando más y más, con nuevas herramientas para anunciar temas que se consideraban relevantes para la ciudadanía. Cambió la forma de comunicarse, pero la necesidad siempre estuvo ahí.
Hablando de herramientas, si damos un salto enorme en el tiempo y viajamos ya al siglo XV – el que está considerado como el Renacimiento temprano, el siglo de las innovaciones y los descubrimientos – llegamos a un año clave en nuestro sector: 1450. Ese año la invención de la imprenta lo cambió todo, permitiendo difundir miles de mensajes publicitarios con una sola tirada.
En la antigüedad, los avances en lo que a nuestro sector se refiere tenían un ritmo más pausado, pero a raíz de la imprenta y en estos últimos seis siglos la cosa ha ido muy, muy rápido, con la llegada después de la impresión digital, la radio, la televisión, internet o las redes sociales. Ahora vivimos el auge de la inteligencia artificial y las tecnologías inmersivas… casi nada.
¿Cómo avanzará la historia? ¿Qué herramientas usaremos para comunicarnos en los próximos años? Si seguimos a este ritmo, el futuro seguro que nos sorprende. Y aunque no tengamos muy claro hacia dónde vamos… al menos sí sabemos de dónde venimos.