La mala reputación: tres ejemplos de ídolos caídos

Written by
Ángel Gallego
Senior Consultant

 

Si algo pone de los nervios a un departamento de comunicación es atajar con celeridad los daños ocasionados por una crisis reputacional. Se encienden las alarmas cuando un imprevisto impacta de forma inmediata en la empresa, su credibilidad o su visión en los medios, de forma que compromete la imagen del negocio y puede ocasionar una pérdida de la confianza que se ha labrado durante años.

Esto sucede del mismo modo cuando cantantes, actores y artistas cometen algún delito o son bajados del pedestal por su púbico. Son llamativos los casos de celebridades que pierden el favor sus seguidores incondicionales cuando su cara más oscura se convierte en vox populi. Vamos a recordar tres personajes famosos a los que ni el mejor profesional de las Relaciones Públicas podría haber salvado del descrédito:

Isabel Pantoja: Aquella joven sevillana que logró renovar la copla en los 80, cuando los españoles escuchaban los ritmos de la Movida, se convirtió en la viuda de España tras la muerte de Paquirri en Pozoblanco. Aquella mujer destrozada bajo unas gafas de sol enormes subió a los altares del imaginario cañí. En su vuelta a los escenarios, con Marinero de luces, puso su caché a la altura del de Rocío Jurado, la más grande. Respetada hasta entonces por la prensa, todo se fue al traste en 2003, cuando comenzó a salir con el alcalde de Marbella. Aquella relación la condujo detrás de los barrotes de una cárcel y desde entonces no ha levantado cabeza ni en el terreno personal ni en el profesional. Su legión de fans se ha desvanecido y su “pequeño del alma” la hunde cada vez que aparece en Telecinco.

Kevin Spacey: Fue uno de los actores más venerados y laureados. En sus vitrinas luce dos Oscar (Sospechosos habituales y American Beauty), un premio Tony de teatro y un Globo de Oro. Hijo de un miembro del partido nazi estadounidense del que nunca ha hablado, su “padre adoptivo” fue Jack Lemmon, quien lo introdujo en el mundo de la interpretación. Aclamado y con el privilegio de poder elegir dónde y en qué trabajar, gestionó un teatro en Londres y convirtió a House of Cards en serie de cabecera de Netflix.

Todo dio un vuelco cuando Anthony Rapp, aseguró que Spacey (con 26 años) se propasó sexualmente con él en 1986, cuando tenía 14 años. Después, pidió disculpas en un controvertido comunicado en el que reconocía su homosexualidad. Siguieron a esto nuevas acusaciones de abusos de otros actores en medio del movimiento #MeToo y su retirada de los escenarios fue total, implicando la cancelación de la última temporada de House of Cards, que acabaría realizándose sin él.

Michael Jackson: Me incluyo entre los que consideramos al Rey del Pop uno de los mayores genios que ha dado la música, pero para mí su estrella quedó muy emborronada. El pequeño de los Jackson 5 revolucionó la danza, motivando a miles de jóvenes a dedicarse a ella profesionalmente, y dio paso a una nueva narrativa del espectáculo musical. En sus videoclips y conciertos plasmaba un universo creativo de voz, música y baile que fluían con una maestría hipnótica. Marcó una época como pocos artistas. Sin embargo, el reverso de esta figura era un ser miserable y atormentado que solo podía dormir con Propofol. Cuando se cumplieron 10 años de su muerte en 2019 aún alzaban la voz incondicionales que defendían a ‘Jacko’ a pesar de las sospechas de pederastia que sobre él se cernían. Aunque fue absuelto por un juez en 2005, el documental de HBO ‘Leaving Neverland‘, de Dan Reed, resultó letal para los que habían defendido siempre la inocencia de su ídolo. El testimonio de Wade Robson y James Safechuck, que sufrieron los abusos cuando tenían 7 y 10 años acabaron de retratar al monstruo.

Ninguno de estos tres ídolos caídos pidió perdón de una forma creíble y, aunque lo hubieran manifestado, habría sido insuficiente para salvarse.

Written by
Ángel Gallego
Senior Consultant