Creatividad e Inspiración
La creencia en lo paranormal como ejemplo de una brillante campaña de marketing y comunicación
Hace unos días, en una animada sobremesa con amigos salió el tema de los (supuestos) fenómenos paranormales. La verdad es que quién más quién menos ha oído alguna vez una historia o incluso conoce testimonios cercanos de extraños sucesos. Vaya por delante que no creo para nada en todas estas cosas. Pienso que la creencia en lo paranormal es un problema de desinformación. La ciencia hace años que viene demostrando que todo es mentira y existen explicaciones perfectamente lógicas para cada uno de esos fenómenos. Pero la conversación me hizo pensar nuevamente en el poder de una buena estrategia de comunicación y marketing para crear corrientes de pensamiento y fijar en nuestras mentes todo tipo de ideas.
Tratar de dar respuesta a lo desconocido es innato al ser humano. Así ha sido a lo largo de la historia. Los antiguos egipcios creían que el Sol era el dios Ra, que navegaba por el cielo cada día de este a oeste. Los eclipses no eran más que ataques de una serpiente a su barca. Y qué decir de la imaginación de los astrónomos griegos que vieron leones, toros, escorpiones o carros en el cielo.
Lo más curioso de todo es que actualmente ya no es el desconocimiento lo que nos empuja a dar por buenas increíbles teorías (hoy, afortunadamente, la ciencia ya puede explicar muchas cosas) sino la desinformación y ese imaginario popular que se ha ido construyendo a lo largo de los años a modo de gran campaña de marketing que interiorizamos con el socorrido “por si acaso”. Las herramientas o “tácticas” empleadas en esta campaña son de lo más variopintas: novelas, cuentos infantiles, visitas culturales por los suburbios de las ciudades, programas de televisión y, por supuesto, la industria del cine, que desde hace años encontró en el género de lo paranormal su gallina de los huevos de oro. Los resultados de esta mega campaña son increíbles, dignos de estudio. La niña del exorcista, la inolvidable Carol Anne que no hacía más que ir hacia la luz en Poltergeist o las más recientes historias de Expediente Warren. ¡Hasta han conseguido que nos asusten muñecos infantiles en las historias de Annabelle o Muñeco diabólico!
No es este el foro para entrar a desmontar en detalle todo este universo de falsas apariciones, entes o psicofonías pero baste decir que en algunas ocasiones todos estos fenómenos se pueden explicar gracias a las leyes de la física y, en otras, simplemente es que olvidamos que nuestros sentidos nos engañan. Se han visto influidos por años de evolución para buscar modelos reconocibles que nuestro cerebro pueda interpretar, ya se trate de sonidos, imágenes, olores o incluso texturas. De ahí que muchas veces nos parezca escuchar voces en grabaciones donde solo hay ruido. Nuestro cerebro solo trata de hacer su trabajo, rellenar los huecos vacíos que no significan nada gracias a estructuras aprendidas durante años. Seguro que muchos habéis probado alguna vez esos juegos en los que se nos pide leer textos donde se han eliminado vocales y consonantes, pero aun así somos capaces de entender sin problema: 3573 M3N54J3 35 94R4 D3M057R4R L45 C0545 74N INCR3I8L35 QU3 9U3D3 H4C3R NU357R0 C3R38R0.
Para todos aquellos interesados en profundizar en el tema, no os perdáis (por ejemplo) los trabajos del profesor Paul Kurtz, que a través de su revista The Skeptical Inquirer se dedicaba a desmontar los fraudes más comunes del mundo paranormal. Otra de las grandes figuras en este campo es James Randi, que ha recorrido el mundo denunciando estas mentiras.