Reflexiones arquetípicas
La comunicación y los hitos científicos más mediáticos
Con el 2024 recién arrancado, estas semanas son las típicas en las que todos hacemos ese repaso a lo que nos trajo el 2023 y lo que creemos que nos deparará el nuevo año. Muchos medios publican las tradicionales noticias sobre tendencias o hitos y yo, normalmente, busco ávida y proactivamente todas aquellas que tienen que ver con ciencia. Por un lado, por curiosidad personal, y por otro, porque siempre me gusta ver qué han incluido y analizar porqué esas innovaciones han sido las elegidas y qué las ha hecho más mediáticas que a las demás.
Hay muchas veces que, aquellas que objetivamente han sido más relevantes (incluso según el criterio unánime de la comunidad científica), no consiguen la repercusión merecida. Como bien sabemos los que nos dedicamos a la comunicación, esto pasa en todos los mercados y sectores industriales, y la “culpa” es casi siempre de las campañas o estrategias de marketing que han tenido detrás. En el ámbito de la ciencia, además, esto se hace mucho más evidente, ya que la complejidad de muchos de los descubrimientos hace que sea necesario llevar a cabo una brillante labor didáctica (que no siempre se hace).
Un claro ejemplo de esto que estoy hablando es la IA. Si preguntamos a cualquier persona de nuestro alrededor por una innovación tecnológica de 2023, la gran mayoría mencionará la inteligencia artificial. Y no digo que le falte razón, es algo que está transformando nuestra sociedad. Pero, personalmente, no creo que otros muchos hitos científicos del año pasado estén tan lejos de ella. El problema es que quizá no se los ha sabido comunicar convenientemente. Ahí están los increíbles descubrimientos del telescopio espacial James Webb (ya hay más de 5.500 planetas conocidos en nuestra galaxia), los datos sobre la inesperada velocidad de giro de Sagitario A, el agujero negro que se encuentra en el centro de la Vía Láctea, la constatación de que el universo solo contiene un 5% de materia ordinaria y que el 95% restante es una energía y materia oscura de la que todavía no sabemos casi nada, o los esperanzadores avances que se están haciendo con las vacunas de la malaria o la producción de mosquitos modificados para impedir que transmitan multitud de patógenos.
En fin. Esperemos que 2024 nos traiga más sinergias entre ciencia y comunicación. Será una de las mejores noticias para todos aquellos que amamos ambas disciplinas.