Dicen que la comida entra por los ojos y es verdad, nuestros sentidos juegan un papel clave a la hora de tomar decisiones, de ahí que una de las técnicas más populares para ganarse a la audiencia sea el diseño sensorial. Al igual que las películas de terror suben el sonido para aumentar su capacidad de asustar, las marcas desarrollan experiencias sensoriales a fin de causar una impresión determinada en los consumidos, que engañados por sus sentidos asocian una imagen y una emoción a una marca.
Diseñar una experiencia sensorial acorde con los valores e imagen de marca es una poderosa herramienta para llegar a los consumidores. Lo saben bien marcas como Coca-Cola que lleva utilizando el diseño sensorial desde sus inicios para fortalecer su marca. El distintivo sonido de una botella de Coca-Cola al abrirse, el chisporroteo del gas, y el sabor característico de esta bebida son elementos que activan los sentidos y crean una experiencia única. Además, el diseño icónico de la botella, que es reconocible al tacto incluso en la oscuridad, refuerza la identidad de la marca de una manera muy efectiva.
Otra gran marca que ha hecho del diseño sensorial su seña de identidad es Starbucks, la compañía ha perfeccionado el arte del diseño sensorial para crear una experiencia de marca coherente y atractiva. Al entrar en una tienda Starbucks, todos los sentidos se activan: el olor característico del café recién molido, la música relajante que se reproduce en el fondo, y la textura cómoda de los muebles y tazas transmiten una sensación de hogar. Incluso el diseño visual de las tiendas, con su iluminación suave y estética acogedora, contribuye a una experiencia sensorial completa que hace que los clientes se sientan como en casa y, lo más importante, vuelvan.
Y qué decir de las compañías aéreas, que han hecho de la necesidad virtud implementando el diseño sensorial en sus estrategias de marca para ofrecer una experiencia de vuelo inigualable. Singapore Airlines, por ejemplo, ha desarrollado una fragancia exclusiva llamada “Stefan Floridian Waters” que impregna sus cabinas y salas VIP, creando un aroma distintivo que los pasajeros asocian con la marca. Esta estrategia sensorial se complementa con una presentación visual impecable y el tacto de materiales de alta calidad utilizados en sus asientos y cabinas, junto con el sonido tranquilizador de la música a bordo. Todo un festival para los sentidos del pasajero, que sin quererlo, asocia la marca a unos determinados estándares de calidad.
Y es que los sentidos, todos ellos, no solo la vista, son una poderosa herramienta de comunicación, que no conviene olvidar y mucho menos desatender.