Te propongo un juego, yo transcribo tres anuncios que están actualmente en antena y tú me dices de qué marca se trata. ¿Te apuntas?
¡Vamos allá!
- Anuncio 1 – Mira que hemos cambiado, eh. Un día nos dio por hacer pan y ahora la masa madre es uno más de la familia. Cosas como el hummus, la cúrcuma o los arándanos se colaron en la lista de la compra. Decidimos que el móvil puede vivir sin nosotros. Aprendimos que el vaso siempre está medio lleno y que, si no, lo rellenamos. Y también aprendimos que descansar bien, está pero que muy bien. Además, nos pusimos las mallas y sin darnos cuenta empezamos a cuidarnos. Así que vamos a seguir haciendo todo eso que nos hace sentir tan bien XXXX.
- Anuncio 2 – Hoy me cuentan, hoy seguro que me cuentan, hoy sí me cuentan, hoy me van a contar. Oh, otra noche que no me cuentan. Duérmete rápida y profundamente con XXXX, tómatela treinta minutos antes de irte a dormir y disfruta de un sueño reparador. Porque no hay nada más saludable que dormir bien.
- Anuncio 3 – Teníamos un sueño y aquí estamos, con nuestro hotel rural. Para vivir un estilo de vida 100% auténtico, dando lo mejor. Y claro, el desayuno marca la diferencia. Es primordial, por eso tenemos XXXX. Disfruta al 100% de lo que te gusta XXXX.
¿Qué tal?, ¿ya lo tienes?, cuesta, ¿verdad?
Hoy en día, estamos expuestos a tal cantidad de publicidad que es difícil acordarse de todos los anuncios que vemos a lo largo del día. Las agencias siempre estamos buscando ese punto innovador que haga que nuestra campaña destaque de entre todas las demás, pero entre tanto ruido, ¿cómo lograr ser escuchados?
Frente al ruido, el arte tiene la virtud de establecer una comunicación silenciosa entre el artista y el espectador única. Llegar al interior de quien observa y hacerle cómplice. Y es que a todos se nos escapa una sonrisa cuando vemos en la tele aquella película que nos encantaba de niños o escuchamos la melodía de su banda sonora. De ahí, el increíble valor del arte como herramienta de comunicación.
El arte nos permite transmitir sentimientos, emociones e ideas de forma directa e inmediata. Lo que a su vez lo convierte en el vehículo perfecto para vender experiencias.
Y no solo eso, además nos permite comunicar mejor, nos permite cambiar el lenguaje para contarlo mejor, para que llegue de forma más adecuada al público o a un público mayor.
Y precisamente por eso son muchas las marcas que han utilizado referencias artísticas en sus campañas de marketing o comunicación a lo largo de los años.
Por ejemplo, la hoy archiconocida Pfizer reinterpretó el famoso autorretrato de Van Gogh con la oreja vendada para promocionar uno de sus antidepresivos. El pintor holandés, que se cortó su propia oreja tras una pelea, fue el gancho perfecto. La campaña mostraba como sería hoy el retrato del artista si hubiera contado con el tratamiento adecuado. Sin duda una mezcla de ingenio y arte que transmite un potente mensaje de una forma directa y clara.
Y es que el arte es así, directo, versátil, sorprendente, curioso… como la comunicación en sí misma. Así que cuando tengas ante ti una campaña nueva y una hoja en blanco vuelve la mirada hacia el mundo del arte, puede que ahí esté la inspiración.