Adiós, ‘Sálvame’. Adiós a una forma de televisión que marcó el estilo de una cadena. Adiós a un quebradero de cabeza para algunos anunciantes. ¿Adiós a la telebasura?
Vayamos por partes. La exclusiva del diario El Mundo que anunciaba la fecha de cierre del chiringuito de Jorge Javier Vázquez corrió como la pólvora el pasado 5 de mayo. Tele 5, buque insignia del Grupo Mediaset, decide remodelar su oferta televisiva tras la salida de Paolo Vasile. El nuevo mandatario, Alessandro Salem, quiere recuperar el liderazgo en audiencia (en manos de Antena 3 desde hace 18 meses) para la cadena de Fuencarral, con una televisión más familiar y menos polémica.
“La mayor creación televisiva del siglo XX, del XXI y del XXII“, según Belén Esteban, se emitirá por última vez el 23 de junio, 14 años después de su estreno. Nunca ha dejado a nadie indiferente este formato, que ha coleccionado detractores y fans a partes iguales. El que escribe estas líneas se encuentra entre los primeros, pero si algo hay que reconocerle a ‘Sálvame’ es que su transgresión rompió muchas barreras de comunicación en televisión. A los Kiko Matamoros, Lydia Lozano, María Patiño y compañía se les podía ver entre bambalinas rompiendo la “cuarta pared”, dejando al público ver los entresijos de la tele, comiendo en plató, poniendo el móvil en modo altavoz para dar entrada a un aludido en directo. La calidad de la imagen y, por supuesto, del contenido, dejó de importar para llenar cada día 5 horas de tele en las que ellos mismos y sus miserias eran los protagonistas del programa.
A pesar sus polémicas y de la ausencia de moralidad con la que se trataban los asuntos del corazón, mantenían una audiencia muy fiel, que hacía las delicias de los anunciantes. En 2009, el programa registró una cuota media de pantalla del 16,1% y llegaron a su pico máximo con casi dos millones de espectadores (18,1% de share) en 2011. Durante más de una década se mantuvo líder, hasta 2022, cuando ‘Sálvame’ registró su dato más bajo, con un 13,2%. Las agencias de medios reconocen que este programa ha planteado retos no menores a la hora de trabajar estrategias de marketing y comunicación de los anunciantes. Se ha tratado de un programa defendible en términos de audiencia, pero no tanto a nivel de contexto, sobre todo cuando vulneraba una y otra vez el horario protegido para menores.
A partir de septiembre, el programa producido por La Fábrica de la Tele dejará la sobremesa a la presentadora Ana Rosa Quintana y a un nuevo espacio de su productora, Unicorn Content. La guerra fría entre ambas factorías de contenido era evidente desde hace tiempo y con la cancelación de ‘Sálvame’, la productora de Ana Rosa sale victoriosa frente a Jorge Javier, el emblema de La Fábrica, que tiene contrato en Mediaset hasta 2025.
Así las cosas, en menos de un mes asistiremos al adiós de uno de los estandartes de la telebasura en España. Sin embargo, esto no quiere decir que la telebasura vaya a dejar de estar presente en la televisión convencional. En mi modesta opinión, algunos programas deportivos como El Chiringuito también son telebasura. También lo son la mayoría de los realities, que encumbran a personajes sin mérito profesional ni artístico. Al menos ahora Telecinco no les dará cobertura en todos sus programas, como venía haciendo. Con su nuevo modelo de televisión obligará a los adictos a ‘Sálvame’ a entretenerse de otro modo, con menores dosis de gritos y zafiedad.